Please verify current schedule with the parish directly.
Holy Spirit (10768 Dayton Pike, Soddy Daisy)
Saturday 4:45pm - 5:15pm
Our Lady of Perpetual Help (501 S Moore Rd)
Wednesdays 5:30 pm - 6:30 pm and Saturdays 9 am – 10 am
Our Lady of the Mount (Lookout Mountain, GA)
Saturdays 4pm - 4:45pm
St. Augustine (1716 Anderson Pike, Signal Mountain)
Mon, Tues, Thurs, Fri & Sat 7 am - 8 am
Wednesday 5:00 - 5:45 pm
Saturday 4:45 - 5:15 pm
Sunday 7:45 - 8:05 am & 10:00 - 10:15 am
St. Jude (930 Ashland Terrace in Hixson)
Wednesdays 6:00 pm to 6:45 pm and Saturdays 3:30 pm to 4:30 pm
St. Stephen (7111 Lee Hwy., near Shallowford Rd)
Saturday at 4:00 pm - 4:50 pm
When he had said this, he showed them his hands and his side. Then the disciples were glad when they saw the Lord. Jesus said to them again, “Peace be with you. As the Father has sent me, even so I send you.” And when he had said this, he breathed on them, and said to them, “Receive the Holy Spirit. If you forgive the sins of any, they are forgive; if you retain the sins of any, they are retained.”
- John 20:20-23
Go to your confessor; open your heart to him; display to him all the recesses of your soul; take the advice that he will give you with the utmost humility and simplicity. For God, Who has an infinite love for obedience, frequently renders profitable the counsels we take from others, but especially from those who are the guides of our souls.
- St. Francis de Sales
The confession of evil works is the first beginning of good works. You do the truth and come to the light.
- St. Augustine
Christ instituted the sacrament of Penance for all sinful members of his Church: above all for those who, since Baptism, have fallen into grave sin, and have thus lost their baptismal grace and wounded ecclesial communion. It is to them that the sacrament of Penance offers a new possibility to convert and to recover the grace of justification. The Fathers of the Church present this sacrament as “the second plank [of salvation] after the shipwreck which is the loss of grace.”
- Catechism of the Catholic Church 1446
Daughter, when you go to confession, to this fountain of My mercy, the Blood and Water which came forth from My Heart always flows down upon your soul and ennobles it. Every time you go to confession, immerse yourself in My mercy, with great trust, so that I may pour the bounty of My grace upon your soul. When you approach the confessional, know this, that I Myself am waiting there for you. I am only hidden by the priest, but I Myself act in your soul. Here the misery of the soul meets the God of mercy. Tell souls that from this fount of mercy souls draw graces solely with the vessel of trust. If their trust is great, there is no limit to My generosity.
- St. Faustina (Divine Mercy in My Soul)
Individual and integral confession and absolution constitute the only ordinary way by which the faithful person who is aware of serious sin is reconciled with God and with the Church; only physical or moral impossibility excuses the person from confession of this type, in which case reconciliation can take place in other ways.
- Code of Canon Law 960
St. Ambrose says of the two conversions that, in the Church, “there are water and tears; the water of Baptism and the tears of repentance.”
- St. Ambrose (CCC 1429)
In the life of the body a man is sometimes sick, and unless he takes medicine, he will die. Even so in the spiritual life a man is sick on account of sin. For that reason he needs medicine so that he may be restored to health; and this grace is bestowed in the Sacrament of Penance.
- St. Thomas Aquinas
Those who approach the sacrament of Penance obtain pardon from God’s mercy for the offense committed against him, and are, at the same time, reconciled with the Church which they have wounded by their sins and which by charity, by example, and by prayer labors for their conversion.
- Vatican II, Lumen Gentium 11
The want of proper examination, true contrition, and a firm purpose of amendment, is the cause of bad confessions, and the ruin of souls.
- St. Benedict Joseph Labre
After confession, says St. Chrysostom, a crown is given to penitents.
- St. John Chrysostom
Confession is an act of honesty and courage – an act of entrusting ourselves, beyond sin, to the mercy of a loving and forgiving God.
- Blessed John Paul II – September 14, 1987 Homily
Those, on the other hand, who recognize that they are weak and sinful entrust themselves to God and obtain from him grace and forgiveness. It is precisely this message that must be transmitted: what counts most is to make people understand that in the Sacrament of Reconciliation, whatever the sin committed, if it is humbly recognized and the person involved turns with trust to the priest-confessor, he or she never fails to experience the soothing joy of God's forgiveness.
- Pope Benedict XVI – On the Sacrament of Confession
¡La misión salvadora de Jesucristo es reconciliar al humanidad con Dios! Por su Encarnación, ministerio, predicación, milagros, institución de la Eucaristía y últimamente su muerte en la cruz y su resurrección, Jesús ofrece a cada persona el don del perdón y la promesa de la vida eterna. Esta gracia poderosa de la reconciliación con Cristo se han transformado en los sacramentos y, por eso, el Bautismo es el Sacramento que fundamentalmente relaciona a la persona con la vida de la Santísima Trinidad y la comunión de la Iglesia. El Sacramento de la Reconciliación restaura esa gracia bautismal cada vez que confesemos nuestros pecados al sacerdote y pedimos el perdón de Cristo. En verdad, este Sacramento es nuestro “encuentro personal con Jesucristo y su misericordia.” Jesús espera con amor que lo visitemos en este Sacramento de Misericordia.
“El Padre de la misericordia es la fuente de todo perdón. El realiza la reconciliación de los pecadores por la Pascua de su Hijo y el don de su Espíritu, a través de la oración y el ministerio de la Iglesia.” (CIC, 1449)
¿Cuándo debo de asistir en el sacramento de la Reconciliación?
Un Católico debe de confesarse definitivamente cuando se dé cuenta de un pecado grave. Además, las gracias del Sacramento nos ayudan también a vencer los pecados veniales y, por eso, confesarse con regularidad es bueno. Si pasa demasiado tiempo entre confesiones, sería más difícil acordarse de los pecados que debe confesar. Una confesión mensual parece ser una práctica espiritual muy buena para sobrepasar el poder del pecado en nuestras vidas y recibir la misericordia sanadora de Jesucristo regularmente.
Prepararse para el Encuentro Jesucristo y su Misericordia
Para celebrar bien este sacramento, necesitamos prepararnos bien con un examen eficaz de conciencia para reconocer nuestros pecados y cuando necesitamos la misericordia de Dios en nuestras vidas. Pide la ayuda del Espíritu Santo y la intercesión de Nuestra Señora para ver como somos en verdad.
¿Qué confieso en la Reconciliación?
Un examen completo de conciencia antes de confesarse promueve una experiencia más fructuosa. Necesitamos confesar los pecados mortales y veniales a la luz de los Diez Mandamientos y las Bienaventuranzas. También necesitamos confesar pecados de palabras, obras y omisión, los errores que hemos cometido y los bienes que no hemos cumplido. Es provechoso considerar nuestros pecados en el contexto de nuestra relación con Dios, los demás y nosotros mismos. ¿Qué he hecho u omitido que dañó estas relaciones? Una preparación completa con oración nos ayuda a recibir las gracias de la Reconciliación.
¿Qué confieso en la Reconciliación?
Un examen completo de conciencia antes de confesarse promueve una experiencia más fructuosa. Necesitamos confesar los pecados mortales y veniales a la luz de los Diez Mandamientos y las Bienaventuranzas. También necesitamos confesar pecados de palabras, obras y omisión, los errores que hemos cometido y los bienes que no hemos cumplido. Es provechoso considerar nuestros pecados en el contexto de nuestra relación con Dios, los demás y nosotros mismos. ¿Qué he hecho u omitido que dañó estas relaciones? Una preparación completa con oración nos ayuda a recibir las gracias de la Reconciliación.
Examinemos Nuestras Vidas
Con el fin de que descubramos nuestros pecados de pensamientos, palabras, obras y omisión, los errores que hemos hecho y los bienes que no hemos hecho, es preciso que examinemos nuestras vidas a la luz de los Diez Mandamientos y las Bienaventuranzas.
Los Diez Mandamientos
1. Amarás a Dios sobre todas las cosas.
¿Pongo a Dios como centro de mi vida? ¿Practico completamente mi fe? ¿Hay una relación, posesión o actividad que tengo como más importante que Dios?
2. No tomarás el nombre de Dios en vano.
¿Juro o tomo el nombre de Dios en vano? ¿Mi hablar es digno de un hijo o hija de Dios?
3. Santificarás los días de fiestas.
¿Asisto a misa cada domingo y las fiestas del Señor? ¿Practico los domingos como un día de descanso y oración? ¿Evito trabajar y comprar cosas los domingos si no es necesario?
4. Honrarás a tu padre y a tu madre.
¿Amo, respeto y obedezco a mis padres? ¿Respeto y ayudo a los que tienen autoridad?
5. No matarás.
¿He herido a alguien físicamente o emocionalmente? ¿Respeto la dignidad de cada persona? ¿Trabajo por la gran causa por la defensa de toda vida humana?
6. No cometerás adulterio.
¿Vivo la castidad según el modo apropiado para mi estado de vida? ¿Respeto la sexualidad de los demás y la mía como don divino? ¿Uso contraceptivos (preservativos) artificiales? ¿Practico la masturbación, pornografía o relaciones sexuales fuera del matrimonio como medio de satisfacer mis pasiones (lujuria)?
7. No robarás.
¿He tomado lo que no es mío? ¿Trabajo diligentemente por el salario que recibo? ¿Comparto con los demás lo que el Señor me da?
8. No dirás falso testimonio ni mentirás.
¿Digo mentiras? ¿He chismeado o calumniado a alguien? ¿He dañado la reputación de alguien?
9. No desearás la mujer del prójimo.
¿Respeto y acepto los límites adecuados dentro de las relaciones? ¿He llevado a otros al pecado por inmodestia (la forma indiscreta de vestir) o mal ejemplo?
10. No codiciarás los bienes ajenos.
¿Soy envidioso o celoso de los demás? ¿Soy egoísta, codicioso o posesivo con las cosas o las relaciones?
Las Bienaventuranzas
1. Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los Cielos.
¿Vivo con un espíritu de desprendimiento y generosidad? ¿Me sacrifico por los demás?
2. Bienaventurados los que lloran, porque serán consolados.
¿Consuelo y ayudo a los que lloran y sufren? ¿Demuestro compasión?
3. Bienaventurados los sufridos, porque heredarán la tierra.
¿Soy verdaderamente humilde y entregado? ¿He sido egoísta o jactancioso?
4. Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque serán saciados.
¿Amo con pasión las cosas de Dios? ¿Trabajo para que triunfen el amor, la paz y la justicia?
5. Bienaventurados los misericordiosos, porque obtendrán misericordia.
¿Soy una persona compasiva que sabe perdonar? ¿Doy el beneficio de la duda a los demás? ¿Soy severo o pre-juicioso?
6. Bienaventurados los limpios de corazón, porque verán a Dios.
¿Soy persona de un solo propósito en la práctica de la fe? ¿He permitido que un pecado o vicio me separe de Dios?
7. Bienaventurados los que trabajan por la paz, porque se les llamarán hijos de Dios.
¿Soy una persona de reconciliación, paz y misericordia? ¿Guardo rencores o busco venganza?
8. Bienaventurados los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el Reino de los cielos.
¿Acepto el sufrimiento? ¿Estoy dispuesto a sacrificar todo por la fe? ¿Permito que el respeto humano me impida ser testigo Cristiano?
Los Efectos de una buena Reconciliación
“la reconciliación con Dios por la que el penitente recupera la gracia; la reconciliación con la Iglesia; la remisión de la pena eterna contraída por los pecados mortales; la remisión, al menos en parte, de las penas temporales, consecuencia del pecado; la paz y la serenidad de la conciencia, y el consuelo espiritual; el acrecentamiento de las fuerzas espirituales para el combate cristiano.” (CIC, 1496) “(El penitente) se reconcilia con los hermanos, a quienes de algún modo ha agredido y ofendido. Se reconcilia con la Iglesia. Se reconcilia con toda la creación.” CIC, 1469)
©2010 Rosary Evangelization Apostolate Por favor visítenos en: Rosaryea.org Publicado con aprobación eclesiástic
http://www.johnpaul2center.org/JohnPaulIICenter/LayFormation/AdultFormation/SeasonofMercyFaithFormationRes/Spanish-ConfessionBrochure.pdf
My God, I am sorry for my sins with all my heart. In choosing to do wrong and failing to do good, I have sinned against You whom I should love above all things, I firmly intend, with Your help, to do penance, to sin no more, and to avoid whatever leads me to sin. Our Savior, Jesus Christ, suffered and died for us. In His name, my God, have mercy. Amen.
O my God, I am heartily sorry for having offended Thee, and I detest all my sins, because I dread the loss of Heaven and the pains of hell, but most of all because they offend Thee, my God, Who art all-good and deserving of all my love. I firmly resolve, with the help of Thy grace, to confess my sins, to do penance, and to amend my life. Amen.
Seńor mío, Jesucristo, Dios y hombre verdadero, Creador, Padre, Redentor mío, por ser vos quien sois, bondad infinita y por qué os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón haberos ofendido, también me pesa porque podéis castigarme con las penas del infierno. Animado con tu divina gracia, propongo firmemente nunca más pecar, confesarme y cumplir la penitencia que me fuera impuesta, para el perdón de mis pecados. Amén.
Oh mi Dios, me arrepiento de todo corazón de haberte ofendido porque por mis pecados he perdido el cielo y merecido el infierno pero mucho más porque por mis pecados te he ofendido a ti que eres infinitamente bueno y digno de todo mi amor. Propongo firmemente con la ayuda de tu gracia confesar mis pecados, cumplir la penitencia que me fuera impuesta y enmendar mi vida. Amén.